jueves, 16 de junio de 2016

Mantua (Primer y segundo intento)

No me gusta poner en el blog cosas no terminadas o con las que no me siento conforme al 100% por cuestiones técnicas o estéticas, pero como la actividad recreacionista de la época de la Guerra de Sucesión española está siendo bastante frenética y además tengo que compaginarlo con otras épocas y otros proyectos, no tengo más remedio que dejar una buena parte de mi vestuario que evolucione con los años y a trompicones, en lugar de terminarlo de una vez para un evento concreto. En el caso del mantua todavía tengo que hacer algunas correcciones y practicar más, pues aunque siempre uso patrones históricos de base, este es de los que más modificaciones ha necesitado introducir y más problemas me ha dado. Lo primero de todo es entender que un mantua del 1700 no es un vaquero o una bata de la segunda mitad del XVIII y que, por tanto, no te puedes guiar por la técnica y el patronaje de estos. Por ello es por lo que también hago trajes con telas no históricas. Como en todo oficio es necesario hacer ejercicios prácticos para aprender, y algunas veces me lanzo a hacer vestidos con retales del mercadillo como primera toma de contacto con ese modelo, a fin de no echar a perder una tela carísima con los errores que pueda cometer. 

Paso, pues, a explicar este modelo:

El brial es una falda de indumentaria regional reciclada. Estaba confeccionada de manera que las rayas quedaban verticales (que suele ser lo habitual de la segunda mitad del XVIII a hoy), pero como en el 1700 estaba de moda la disposición horizontal de las rayas en los briales, le di un giro, literalmente. Por desgracia han quedado "cicatrices" a consecuencia de las aperturas anteriores, pero conforme veo más y más trajes antiguos zurcidos y parcheados, esto cada vez me preocupa menos. 


Primera prueba antes de ser modificada
El mantua en sí lo he repetido varias veces. La primera vez en tafetán sintético de color marrón cobrizo. Cuando lo confeccioné todavía usaba mi antiguo maniquí (más grande que mi talla), así que resultó quedarme enorme. Empecé a meter costuras a saco, pero al final tampoco he quedado satisfecha con él, pues sigue arrastrando un problema de base visible sobre todo en hombros y escote. 

Así pues volví a escalar los patrones y con tela de algodón de color vainilla hice la segunda prueba. Esta vez acopla mucho mejor, aunque surgió otro problema secundario: las sisas, que siempre son tan justas, apenas dejan espacio para las voluptuosas mangas de la camisa barroca. Necesito ayuda para poder pasarlas por ellas al vestirme, y después noto que me degüellan bastante las axilas, así que para el próximo (y espero que definitivo) intento he de modificar las sisas. Pero con suerte, sólo quedará ese problema por solucionar. 


Primera prueba después de las modificaciones: Cuerpo ajustado, pero mangas demasiado cortas y escote demasiado holgado.
Todavía sin terminar...


4 comentarios:

  1. Este estilo siempre se me ha hecho adorable y poco recreado a pesar de que hay mucha Historia para recrear con él aunque, tal vez, muy localizada pues solo se dio en Francia y en España durante un periodo aun más breve que en Francia. En lo particular me asombran varias cosas que logras muy bien vistiéndolo y he de decirte que me gusta más el intento con el color del tafetán que con la tela de algodón color vainilla ya que yo relaciono más esta moda con las postrimerías del esplendor del Rey Sol. Pero eso, no significa mayor cosa ;) El ajuste de las listas del brial se me hace maravilloso, y si, querida Ana, las telas parchadas eran cosa de todos los días si tomamos en cuentas que muchas eran consideradas de lujo y solían heredarse. En fin...

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  2. Gracias. A mí también me gusta más el color del tafetán, sin duda, tengo varios trajes en tonos marrones y cobres porque me encanta ese color y como bien dices queda muy apropiado. Además el color amarillo no me gusta nada. La idea que tenía era hacer una versión más "de día" y modesta para andar por las calles y el campo de batalla representando a una clase media y quitarme, entre otras cosas, la molestia de arrastrar la cola del vestido cortesano. No lo he mencionado pero la cola del vestido marrón acabó llena de agujeros por esta razón...

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  3. Si te creo. La cola es más de ceremonia y, como bien dices: cortesana, no para andar por un campo de batalla ;) En un libro de Norah Waugh hay un patrón de una Mantua de 1700 que supongo que es el que tú encontraste en Janet Arnold. No sé quién copió a quién, lo que si sé es que todo este movimiento de rescate de la moda histórica lo iniciaron los anglosajones hacia mediados del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial en concreto. En un principio la finalidad del rescate fue didáctica hasta que se traspoló al "hobbie" del recreacionismo de factura creciente :)

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  4. Si te creo. La cola es más de ceremonia y, como bien dices: cortesana, no para andar por un campo de batalla ;) En un libro de Norah Waugh hay un patrón de una Mantua de 1700 que supongo que es el que tú encontraste en Janet Arnold. No sé quién copió a quién, lo que si sé es que todo este movimiento de rescate de la moda histórica lo iniciaron los anglosajones hacia mediados del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial en concreto. En un principio la finalidad del rescate fue didáctica hasta que se traspoló al "hobbie" del recreacionismo de factura creciente :)

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