jueves, 9 de abril de 2015

Doble vestido 1795-1800

Este es otro ejemplo de proyecto no planeado. Se trata de un vestido redondo (ignoro si en español se dice así, traduzco de "round gown"), un tipo de vestido de transición propio de finales del XVIII. El talle ya es imperio, pero todavía conserva la esencia y la técnica del vestido camisa del siglo XVIII. La idea parte de un vestido que tuve que improvisar para una fiesta a la que había que asistir vestido de rosa, y como no tengo ropa de ese color, compré el retal e hice un vestido corto con talle imperio. Como me daba pena hacer ese vestido sólo para esa ocasión, decidí no cortar la falda y doblarla en su lugar, para más tarde poder darle uso como traje reciclado "cuasi" histórico. 





Dudé entre hacerle manga de farol o ceñida hasta el codo. Me gustaba más de farol, pero la otra me daba la posibilidad de utilizarlo tanto para principios del XIX como para finales del s. XVIII, y después de todo estaba usando un patrón de esa época...

Simulando las dos mangas para decidirme...


El vestido es de raso de algodón de color salmón. Sospecho que lleva mezcla sintética, pero como en realidad no estaba concebido para recrear, lo reservo para eventos más informales.
Hice unos retoques tras usarlo para la fiesta y puse un cinturoncillo bordado por mi madre y al final quedó decente, pero como tampoco me acababa de gustar el volumen del tejido decidí hacer un sobrevestido para disimularlo que, por otra parte, siempre había querido tener. 






Había visto muchos ejemplos (españoles, también) de vestidos transparentes superpuestos sobre otros, así que cuando vi la tela blanca, aunque también era sintética, me encantó y la compré, porque tenía justo el tipo de diseño que yo estaba buscando. La teñí con té para quitarle el blanco nuclear y quedó muy bien, sin brillos. Si no fuera por el tacto no se notaría que es sintética...

Algunos ejemplos originales de la época:







Mi propuesta:









A pesar de que hay algunos errores en las mediciones en bajo y espalda a consecuencia de las prisas (lo hice en un par de días), y que odio tener que abrochar todo con cordoncitos, tanto la espalda como los dos escotes, estoy bastante contenta con el resultado. 









5 comentarios:

  1. Talmente como una petimetra española. El detalle de la caramba en la mantilla es lo más.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias! Como parece que lo español no triunfa en nuestras recreaciones, alguien tendrá que llevarlo :p

      Eliminar
    2. Muchas veces somos los mismos españoles los que no apostamos por nuestro vestuario histórico. Una verdadera pena con el legado tan importante que tenemos.

      Eliminar
  2. Creo que ha quedado mas que aceptable. Y el aprovechamiento y reconversión...un acierto. El conjunto creo es muy bonito. Así que mi enhorabuena

    ResponderEliminar
  3. Y aquí llego yo para meter mi cola ;) En primer lugar, me gusta tu blog, Ana y en segundo lugar, me gustan tus recreaciones. Hay algo importante que no todo el mundo observa a la hora de recrear y esa es la actitud. No es propiamente ser una actriz desempeñando un papel sino, más bien, lo que se llama "entrar en carácter" :) Y tú lo tienes, por supuesto. Aunque el resultado no sea perfecto, cuando una o uno tiene esa facilidad de "entrar en carácter", surge de inmediato la recreación que nos lleva a pensar: "Si, no es exacto pero se le aproxima bastante". Y con este atuendo, tú lo logras. Ciertamente, por físico, edad y actitud, hay modas que nos cuadran más que otras. Con caramba y mantilla te ves extraordinaria, Ana. ¡Felicidades! :)

    ResponderEliminar