En 2011 asistí a este evento y esa fue mi "primera vez" en las recreaciones, gracias a mi amiga Pepa que tan amablemente me invitó a acompañarla. Por aquel entonces ni siquiera se me había ocurrido hacerme un traje, por lo que recurrí a lo fácil: anuncios de segunda mano. Por experiencia todas sabemos que es una de las peores opciones, si no la peor, a la que podemos recurrir a la hora de pensar en una recreación histórica. Primera, porque la mayoría son "disfraces" que están hechos sin documentación, lo que lleva a errores garrafales en su confección, y segundo, porque a distancia es difícil acertar nuestra talla.
Yo tuve suerte con la talla, pero no en lo otro. Aunque pagué un buen precio (30 euros) por un vestido antiguo de teatro, probablemente de principios del siglo XX, cuenta con infinidad de trampas en su confección, por no hablar de lo degradado y manchado que está el material. La intención era recrear una bata francesa, pero quizás con el fin de amenizar el frenético cambio de vestuario entre bambalinas, se hizo el cuerpo de una pieza, cerrado por detrás, simulando el peto superpuesto, y la falda aparte, que es una única falda abierta con una porción de encajes blancos cosido en medio, simulando la falda de debajo. Por tanto no es un vestido que se diga "purista", está muy lejos de ser aceptable pero a falta de tiempo para hacer uno auténtico, he decidido apañarme con este.
El vestido antiguo, antes de ser reformado |
Tenemos que recrear la moda de principios del XVIII, esto es, un mantua (así se llama el vestido de esta época) y un peinado tipo "fontange".
En esta ocasión mantendré el corpiño tal cual, pero modificar la falda ha sido necesario para poderla llevar al estilo de la época, esto es, recogida por detrás. Así que, aunque duele (y mucho) cortar un vestido antiguo, "extraje" el trozo de tela que simulaba la falda de abajo para poder usar una entera en su lugar, y recoger la sobrefalda por detrás.
El siguiente paso era conseguir una falda adecuada. Me vais a perdonar, pero estoy haciendo muchas cosas a la vez y no me da tiempo a hacer una desde cero, así que he salido en busca de más soluciones en forma de reciclaje. Y he tenido suerte, porque he encontrado la falda perfecta para mi vestido y os vais a sorprender cuando os diga que proviene de un traje de andaluza.
El fontange también está en proceso.