lunes, 5 de mayo de 2014

Robe a la Française

Una amiguita que encontré en apuros

Bueno, pues este es el ambicioso proyecto en el que he estado inmersa los últimos meses y por el cual he tardado tanto en publicar. Es el primer paso en mi construcción de un fondo de armario del siglo XVIII propiamente dicho, aunque ya anteriormente tuve mi primera toma de contacto en este siglo con la Casaquilla de Indiana

En esta ocasión he comprado seda salvaje, aún sabiendo que no es 100% histórica para el uso en vestidos, porque si puedo elegir prefiero comprar materiales que no conlleven sufrimiento animal, como ocurre con el tafetán


También hay que decir que el tafetán de seda es muy caro y cuando te planteas hacer un traje que necesita 10 metros como es este caso, te enfrentas a una factura de casi 500 € sólo en materiales. La seda salvaje cuesta algo menos, unos 20 o 25 €, y yo la compré de liquidación a 15 € así que me costó 135 € el corte de 9 metros. 


Pasando ya a hablar del vestido, mi primera idea fue hacerlo en color rosa melocotón. Como tengo pensado hacerme un traje de cada tipo (francesa, inglesa, polonesa, etc.) para tener un fondo de armario básico, pensé dedicar esta opción a hacer un traje lo más afrancesado y rococó posible, algo más pensado para mediados de siglo, en la línea de las Amistades Peligrosas, y utilizarlo para las danzas cortesanas de nuestro grupo de danza barroca. Pero cuando me enseñaron el catálogo no encontré el tono de rosa que yo buscaba, y me gustó el color gris plata con un ligero efecto tornasolado en color rosa, y esa fue mi decisión. Al final estoy muy contenta con el resultado. 



Las costuras de unión centrales las he cosido a máquina
(estoy en transición hacia la costura total a mano, pero poco a poco ;))

Para el diseño me inspiré en los trajes de Madame de Pompadour y en otros retratos de la época en los que se ven vestidos de color plata. Me inspiré en los mismos para el peinado y los complementos. 


Pensé que sería un infierno coser una bata francesa, especialmente por los pliegues a la Watteau. Pero la verdad es que el traje lo monté muy rápido, gracias a la sencillez de los esquemas de Janet Arnold. Lo que más tiempo me ha llevado (y como suele ser siempre) son los adornos y acabados a mano. El cuerpo interior está forrado en algodón y abierto en la espalda para ajustar los pliegues a la Watteau al cuerpo. El forro lo he ampliado y cerrado por delante para poder fijar bien el cuerpo y enganchar el peto sobre este en lugar del corsé directamente. 

Detalles del interior

Como decoración de la bata me decidí por las serpentinas onduladas, pues la década a recrear es la de 1750. En las décadas posteriores la bata francesa se hace más sobria y los adornos rectilíneos, combinados con compéres o petos bordados, más que de lazos. Aún así, no hay normas estrictas y un vestido de este tipo se puede adaptar bastante bien dentro de un margen de al menos tres décadas. 

Para las mangas reciclé los engageantes de un antiguo traje de fallera, y en las orillas de los volantes y el escote del peto usé una puntilla más pequeña.

Para decorar, mi madre realizó unas 30 rositas hechas con retales rosas y verdes, que dispuse a lo largo de las serpentinas, en las mangas, en el collar y en el pelo.


Cosiendo florecitas

Como primer peto opté por el más característico, el de lazos. Para ello cosí cintas horizontales y sobre ellas cosí los lazos, simulando que estaban atados con las propias cintas cosidas a los extremos del peto. Así es como solía hacerse. Como segunda opción tengo pensado hacerme un compére, que es un peto con botones. Y aún tengo una tercera opción reservada ;).


Este sí está cosido 100% a mano ;)

La bata terminada

Todo el conjunto terminado